sábado, 4 de junio de 2016

Teoría de la guay-ción.

Esta ley explica que los seres políticos no aparecen de la nada y porque sí, sino que tienen un origen y que van cambiando poco a poco. En ocasiones, estos cambios provocan que de un mismo ser vivo, o ancestro, surjan otros dos distintos, dos especies. Estas dos especies son lo suficientemente distintas como para poder reconocerlas por separado y sin lugar a dudas. A los cambios paulatinos se les conoce como evolución, pues el ser evoluciona hacia algo distinto. La evolución está mediada por algo llamado generalmente "selección natural", aunque este término es muy vago. Un término más correcto es la presión selectiva.

La teoría de la GUAYción explica que los seres no aparecen de la nada y porque sí. Se entiende que un factor (x) "presiona" estos cambios en una dirección. 
Veámoslo con un ejemplo práctico: El ser Partido Comunista perdió su apéndice “comunista” cuando el factor (me resulta inútil para subir al árbol en donde está la fruta) “presionó” en la dirección Izquierda Unida, espécimen con las mismas manos callosas y aptas para trepar que el anterior, pero desligado ya del incomodo estrambote que obstaculizaba su ascenso.

No obstante, la aridez del entorno y el cambio climático otorgó a la fruta un comportamiento retráctil que le permitía el alejamiento y encaparazonamiento ante predadores de llamativos colores (rojo o verde) y olores similares al compuesto químico S (o azufre). De modo que el espécimen (llamémosle ya “Guaytecus apablensis) no tuvo más remedio que, por presión de la herencia y el medio, seleccionar su genotipo para filtrar su  “izquierda” a fin de poder sobrevivir con algo de fruta. 
Las leyes de la Guay-ción son inexorables y, dado que la fruta también se adaptará a la presión del medio, es inexorable una nueva mutación del “guaytecus” hacia el “Inanis gilipollescus”, versión 3.0 del anterior.

                                              Juan Gutiérrez. 21 de mayo de 2016

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