Un poeta conquisteño en Écija
Estos días últimos, 27
y 28 de septiembre 16, la Tertulia Poética Ecijana “Hontanar” ha celebrado su XXX aniversario de fructífera
andadura en el campo de la expresión de la belleza por medio de la palabra.
Entre los actos celebrados
ha habido conferencias y recitales de poemas pertenecientes a los miembros de Hontanar
y la participación de amigos de
la poesía.
Entre ellos ha estado
el poeta conquisteño Tomás Gutiérrez Buenestado que ha unido su voz a la
de la Tertulia Poética Ecijana.
Nuestro poeta inició su
intervención diciendo: “No tengo más que estas palabras para hacer este poema.
Sólo éstas. Palabra. Eran las últimas que me quedaban en la alacena. Y las
dispuse así. Aunque…, podría haber salido cualquier otra cosa. Más útil, tal
vez: la llamada al fontanero o la lista de la compra. Además, sé que no
encajan. Lo sé. Las forcé a martillazos sobre el hule como a las piezas
circulares de un puzzle imposible. Maldita sea, ahora tendré que ir mudo al
Mercadona. Y, además, no encuentro el Nolotil”.
Y a continuación, recitó su poema, que fue muy aplaudido por
todos los asistentes al acto:
ECCE CORPUS MEUM.
“Envíame tu olvido como un
ángel desnudo”.
Jánico. M. Fernández Piñón.
Dónde estás, cuerpo mío,
mi cuerpo: dónde mis gestos,
mi voz, mis manos, las uñas
de mis pies…
Acaso vendrás a mí por entre el mundo
con una incandescencia de roce con los otros,
viajero entre viajeros de un metro informe y
atestado,
vivido:
vívidos mis gestos en sus gestos
y mis manos con sus manos como azules pájaros
y mis piernas y mi sexo y mis ojos
que ahora ven en otros los ojos que me faltan,
y mi boca en otra boca celeste pronunciando…
Acaso entre todos los objetos de este mundo
mi cuerpo y sus insidias me acechasen
cada instante, clavados a los otros
lo mismo que a una cruz.
Acaso, entonces, feroz en medio de la noche,
vendrás a mí por el tejado
como un gato de escayola cuyo celo completóse,
ahíto,
a maullar al muelle plasma que, famélico,
te aguarda.
Acaso tú me cubras como un ansioso macho
para serme como antes,
metiéndome mis huesos y mi carne
y mis ojos y mi boca.
Y acaso dejarás sobre mí todo
de otras carnes y otros huesos y otros verbos,
de otras bocas y otros ojos
que ahora faltan de sus cuencas,
y otros pájaros azules y otras piernas y otro sexo
penetrado y penetrante.
Tú, del que dicen que eres mío,
ambos, acaso, en la siempre abierta llaga
del sernos y del serse.
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