lunes, 14 de septiembre de 2015

Los jóvenes herederos de la España del poder usan las paredes de sus chalets-zona del Brillante, Córdoba- como pizarra publicitaria de sus deseos, como si ellos vivieran en aquel Régimen que padecimos nosotros en el que el control acérrimo de la posibilidad de expresión, porque libertad de expresión no había, obligaba a usar la poca impunidad que daba la noche para gritar en las fachadas de la ciudad contra todo aquello que nos estaba haciendo daño. Pintadas-gritos, como el de la foto, del poder añorante de un ayer periclitado. Y gritan: ¡Arriba España¡ sin reconocer que el derecho a expresar los pensamientos y deseos, que ellos disfrutan también hoy, nos lo impidieron a nosotros durante demasiados años. ¡Arriba (la) España¡ del totalitarismo que la democracia nos ha arrebatado. ¡Arriba (la) España¡ que la libertad no nos deja imponer en un reiniciado Régimen de pensamiento único. ¡Arriba (la) España¡ que le arrebatamos a los ciudadanos españoles que solo querían vivir en un régimen de “libertad y de justicia”. Y encima ensucian las paredes, que luego limpiaremos con dinero público, como si ellos no tuvieran infinidad de medios para manifestar su ideología.

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