Del
pozo de ciencia y del vaso con que sacarla.
Cuando dije en mi casa que iba a estudiar Magisterio,
mi madre vio colmadas sus expectativas: “¡Mi hijo será maestro y tendrá su vida
asegurada”, se dijo, seguramente.
Y
estudié “por libre” aquel Magisterio
Plan 45, cuyos contenidos académicos eran poco más o menos, menos que más, que
los correspondientes a 3º-4º de la ESO, actualmente.
En
aquel tiempo, los hijos de los ricos, si eran capaces de estudiar, se
matriculaban en carreras de “verdad”: medicina,
ingenieros,…; mientras que los hijos de los pobres y los torpones de los ricos
estudiábamos para maestros. Casi como ahora, prácticamente, pues el 18 % de los
alumnos de Magisterio se caracterizan por haber tenido notas inferiores a la
media de sus compañeros en los estudios de Eso y Bachillerato.
La
medianía define al estudiante de Magisterio; sólo el 21 % supera la media de su
clase, lo cual explica tener que poner muy bajo el corte para entrar en esta
carrera; si se pusiera alto, como se hace por ejemplo en Enfermería, nos
quedábamos sin maestros.
A
la medianía intelectual y cultural se unen, luego, unos estudios profesionales
caracterizados por un presunto “pedagogismo”
a ultranza que dicen enseña a transmitir los conocimientos que,
desgraciadamente, no se tienen, resultando, presuntamente, unos maestros que ni
tienen un buen vaso, ni tienen ciencia con qué sacarla.
“De nada vale ser un pozo de ciencia si no se tiene un buen vaso con qué sacarla”;
De nada vale tener el arte de enseñar, si no dominamos la ciencia que queremos
transmitir a los alumnos.
Este
cronista aún recuerda aquellos célebres cursillos de “especialización para 2ª Etapa” con los que intentaban, pero no
lograban, ponernos al día en la psicología del momento y darnos algunas pautas
de la nueva metodología “logsiana”,
olvidando que la mayoría de nosotros sólo habíamos el Bachillerato Elemental y
teníamos enormes déficits en Matemáticas, Física, idiomas (de estos últimos no
teníamos ni idea)…Olvidando, digo, llenar nuestro pozo de ciencia que estaba
semivacío.
Y
lo peor es que el “pedagogismo”
también era/es de cartón. Este cronista puede demostrar cómo el Sr. Profesor
Coordinador del “Prácticum” jamás se
entrevistaba con el maestro que, supuestamente, dirigía las Prácticas del alumno de Magisterio. El
Sr. Coordinador nunca supo qué hacía el alumno, cómo trabajaba, qué practicas
hacía…..Y, sin embargo, luego se arrogaba la potestad de certificar la
realización del Prácticum sin consultar al Maestro-Tutor que lo debería haber evaluado.
Medianía
+ escasa preparación científica + deficiente capacitación en la ciencia y el
arte de enseñar (didáctica) nos dan, inevitablemente, unos maestros muy mal
formados, que esto lo sabíamos mucho antes de que Esperanza Aguirre dijera que
“el 86 % de los opositores no superaron
la prueba de cultura general”[1] o que el filósofo Marina afirmara en el diario
El Mundo que “los profesores no están
formados en absoluto”.
Por
mucho que protesten los sindicatos, los maestros no estaban/no están bien
formados, por más que se haya intentado solapar esta realidad con cursillitos
en el CEP, Equipos de trabajo en los propios Centros, la Formación Permanente
on line y las oposiciones a funcionario docente primando los años de servicios
interinos a la preparación del opositor, premiando así los años de servicio
como si repetir todos los años las mismas prácticas (rutina) fuera equivalente
a tener experiencia.
Los sindicatos, en realidad, protestan con “la boca chica”, pues bien que, tras asegurar con énfasis – tal
vez porque saben que no llevan razón – que los maestros están bien formados,
admiten que “la formación que reciben los
maestros debe ser revisada”[2]
y que “hay que restructurar la carrera
docente”[3]
en la que “el profesorado se forma y
recluta por los mismos mecanismos del siglo pasado y eso no puede ser”[4].
Opinión
que corroboran el 40 % de los directores que reconocen que nunca hicieron algo
por prepararse para liderar una comunidad educativa y el 64 % de los maestros
que jamás participaron en programas de perfeccionamiento profesional[5]
y si lo hicieron fue para cubrir las horas exigidas para cobrar los sexenios,
podemos añadir nosotros, que fuimos testigo de ello.
¿Hay
que pagar más a los que mejor trabajen, como dice el filósofo Marina?
¿Es
hora de elaborar e implantar el añorado Estatuto Docente incentivador del
desarrollo profesional de los docentes como pide ANPE?
¿Es
imprescindible la carrera profesional para la motivación y la incentivación
como considera FETE-UGT?
¿Hay
que abrir un debate con la participación de la comunidad educativa, como pide
CC.OO?
Doctores
tiene la iglesia docente. Que se pongan manos a la obra, que ya es hora[6].
[1] Diario “El País”, 14.03.2013.
[2] Carlos López Cortiñas, FETE-UGT
[3] Mariano Fernández Anguita, El
Confidencia, 27.01.15.
[4] Nicolás Fernández Guisado, ANPE,
El Confidencia, 27.01.15.
[5] Boletín “Educainee”, nº 33,
junio 2014.
[6] Fotos: La 1ª fotografía es de
unas niñas a misa en un Día del Maestro; la segunda es de http://www.eladelantado.com/ La
disposición del aula, con los niños mirándose el cogote, no es tan antigua.
Cuanto hubiera dado por haber sido maestra. Durante algunos años fue mi ilusión inalcanzable, ya sabía que no sería posible.
ResponderEliminarMe alegro de ver tu blog. Un abrazo
Vamos a ver si sale mi comentario, puse uno el otro día y no salió.
Querida Rafi: me gusta v tu comentario. Mañana hablaremos algo más de este tema. Un abrazo
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